El temible empalador |
Su figura aterradora inspiró al joven escritor irlandés Bram Stoker (1847-1912), quien retomando la tradición y agregando un poco de sangre creó al mítico personaje “Drácula”. La novela homónima fue publicada en 1897 y desde entonces no ha parado de ramificarse y encontrar un terreno fértil en todas las vertientes del arte (pintura, música, teatro, etc). Una de las ramas en donde su figura quedó más inmortalizada fue el cine; el quinto arte le dedicó a la figura de Transilvania muchas películas, serias o paródicas, en blanco y negro o color, pero quizás la más renombrada por su calidad, su realismo, su fidelidad al texto original y por qué no, por el maquillaje del conde (de hecho ganó un Oscar por este motivo, los otros dos fueron por “Mejor diseño de vestuario” y “Mejor edición de sonido”) fue la de Francis Ford Coppola estrenada en 1992. Producción que, por otro lado, lo reivindicó del fracaso que significó la tercera parte de la trilogía El Padrino. Personalmente me resulta la mejor adaptación realizada y la recomiendo urgente a aquel que todavía no la haya visto.
Afiche del film |
El castillo que cautivó a Coppola y a sus asistentes |
CORRECCIÓN: SILVIA. T
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