Las palabras parecen incapaces de explicar la historia de "Olga", pero lo cierto es que ella es la hija natural entre Juan Romero
Gorostiaga, piloto de Oceanic Airlines, único sobreviviente de la gran tragedia
y una palmera de la subfamilia Nypoideae.
La caída se parece a la de Lost |
La historia de este desafortunado piloto es similar a la
que padece Tom Hanks en la ficción, en el film Naufrago, con la única diferencia de que esto sucedió de verdad.
Luego de un desperfecto desconocido, la nave que piloteaban
Gorostiaga y el co-piloto Mc Phantom perdió el rumbo y ellos el control. El
avión cayó en una isla cercana a Sri Lanka y la consecuencia fue atroz: todos
murieron menos el piloto. La culpa y la angustia fueron inmensas y lo llevaron
a un estado de demencia muy agudo. Existieron misiones de rescate, pero dieron
a todos por muertos y la búsqueda cesó pronto. La vida en una isla no se parece
en nada a la experiencia vivida por la gente de Lost y al tiempo, no podía caminar por los callos, la piel de la
cara se le desprendía del tremendo impacto del sol, los hongos se multiplicaban
en sus genitales por el constante estado de humedad, los piojos parecían
empeñados en tomarse toda la sangre de su cabeza y le habían salido manchas en
el torso y en los brazos. Lo único que había en esa isla además de arena era
una palmera. Esta planta fue un cable a tierra, porque no solo le brindaba algunos frutos para que sobreviviera, sino que se convirtió en una compañera muda, pero constante, presente, que con el agitar de sus hojas parecía contestar cada uno de sus desvaríos. Juan pasaba casi todo el día apoyado contra ella, hablándole de su vida, de sus ocupaciones y a cambio de eso recibía algo que ni si quiera él había meditado: el no volverse completamente loco.
A veces, una palmera salva vidas |
El
tiempo pasó y ni la compañía de la planta pudo evitar que el hombre pierda la
razón. Una noche, famélico, desesperado, incontrolable violó a la palmera.
Introdujo su miembro por un pequeño orificio de la planta donde vivían algunos
gusanos. Los mismos pedazos del tronco le produjeron una hemorragia de tal
magnitud que se desmayó sin saber que no volvería a despertar, porque esa misma
noche moriría desangrado. Cuenta Magalló, el publicista que llegó a esa isla por
casualidad con todo un contingente de personas dispuestas a filmar un comercial
de una cerveza, que en un momento del rodaje, un gran fruto redondo cayó de la
palmera. Cuando un asistente de cámara lo levantó, el fruto empezó a abrirse.
La sorpresa fue inmensa cuando un pequeño bebe se formó en la palma del joven.
¡La palmera había parido a una persona! Por consenso general la llamaron
“Palmerita”. Recorrieron con mayor profundidad la isla y encontraron, cerca de
la planta, los restos de Gorostiaga. La chica, que nunca perdió sus rasgos
naturales ni su rostro apalmerado
según se advierte en la foto, fue adoptada por un vivero que se encargó de su
adaptación. Al principio le costó mucho aprender a hablar, su piel era dura
como la de su madre, su pelo era quebradizo, sus ojos eran del color del mar,
el mejor amigo de una palmera. Actualmente “Palmerita” es bióloga, especialista
en las plantas de su familia. Cada año visita a su madre y le lleva adornos
florales. Los jueves a la tarde se despeja de sus ocupaciones y se encuentra
con un grupo de mujeres a jugar al burako, entre ellas se encuentra mi abuela,
que de ahí me refirió esta historia.
Palmerita, única en el mundo |
De todas las aberraciones sexuales que conozco, la fitofilia es la que encuentro más interesante... Es reconfortante saber que si uno es el único sobreviviente de un accidente de avión en una isla desierta, puede saciar su hambre comiendo cocos, su sed con agua de coco, y su líbido... procreando mujeres-coco.
ResponderEliminarGracias por la data, amigo!