Música para flotar

martes, 31 de diciembre de 2013

La Logia Enanil Alfa, el muerto y la venganza de la Virgen -Parte II (Final)

La Virgen con vestimenta alternativa
     El cuerpo seguía viajando de Flores a Plaza de Mayo y viceversa y el tema parecía no tener fin, a menos que la CTA realizara un corte, dejara a miles de usuarios sin servicios y alguno percibiera que en el tren había un difunto. Pero ni siquiera la realidad ayudaba: milagrosamente hacía más de 30 días que no se realizaba ningún cese de actividades. La gente, mientras tanto, entraba, salía, se sentaba, se paraba, pedía permiso, empujaba, la mayoría se perdía en las pantallitas de sus celulares o se corría con disgusto cuando un mendigo pasaba por el pasillo central. Una persona tomó el lugar que se había liberado al lado del chico. Era una mujer de rasgos puros y maternales. Pero no era cualquier usuario, ¡Era la Virgen María en persona, en el subte!

     Así como no tenemos con exactitud el retrato ni las facciones de la cara de Cristo, -solo podemos contemplar ese famoso manto donde se dice que secó el sudor de la cara mientras lo llevaban a crucificar-, mucho menos tenemos registros del aspecto físico de su madre. Las estampitas, las estatuas, los motivos religiosos y todo el merchandising católico la plasman según un consenso generalizado sobre cómo se piensa que podría ser. Es decir, no la van a plasmar negra con aros o con una cresta fucsia. Por eso mismo no existía ningún motivo para dudar de esa mujer con un hábito que tanto coincidía con una “monja”. Pero si llegaran a existir dudas, mejor seguir leyendo lo que pasó. 
La Virgen no cree el egoísmo humano

     La Virgen miraba al joven con sus ojos serenos y sufría. La alentaba pensar que ya estaría en el cielo, en la verdadera vida eterna. No podía creer el egoísmo humano y cómo nadie había reparado en la pobre víctima. Le daba asco pensar que su hijo había muerto en la cruz a manos de seres tan despreciables como los que escuchaban cumbia a un volumen ensordecedor y se hacían los dormidos para no darle el asiento a una embarazada. Una chica, parada frente a los dos, abrió un alfajor y empezó a comerlo. Las migas caían sobre su manto, en otro gesto más de atropello e indiferencia. La Virgen estaba muy confundida en la Argentina de 2013…en el mundo de 2013. No sabía qué hacer por el muerto ni por todas esas almas perdidas. Empezó a rezar implorando la salvación para todos, pero un niño distraído le pegó un mochilazo en la cara, lo que la dejó medio tumbada (sumado a que ya se sentía algo mareada por la bendita fragancia a limón). 
La enana planeando su gran golpe

   Sentada frente a ella, una enana la observaba atentamente. Cuando la Virgen levantó la mirada buscando esos ojos que sentía intensamente, la pequeña personita se hizo la dormida. Luego volvió a suceder exactamente lo mismo. La Virgen no sabía, pero esa enana era una de las más importantes referentes de la Logia Enanil que habían mandado justamente ese día para buscar el cuerpo y deshacerlo con un polvo que llevaba en la mochila. Ese joven no podía seguir allí, resultaba sospechoso y tenía que desaparecer. Los estudiantes quisieron hacer pasar desapercibido el cadáver, pero días después, en una asamblea, decidieron que no había sido la mejor solución. Les costó muchos días dar con el cuerpo. Pero ahora que faltaban pocas estaciones, debía ser cauta y aguardar a que la monja se levantara y se fuera. 
     Ahora, ¿qué hacía la Virgen María en Buenos Aires, en el subte? Parece que Jesús estaba harto de escuchar eso de “…esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador, Jesucristo” que tanto decían en misa, y antes de hacer su gran aparición, aparición esperada por siglos y millones de personas en el tiempo, mandó a su madre a un punto cualquiera del mundo para “testear” cómo estaba todo. Después de esa experiencia con el muerto, seguro que no escucharía de ella palabras dulces.
     Así como Jesús fue comedido pero supo castigar a los pecadores; la Virgen también podía ser misericordiosa o despiadada. No olvidemos que ella lo crió. Además, encarnaba a la típica taurina: tranquila y buena pero una vez que la hacías enojar ya no había vuelta atrás. El rencor le duraba para siempre y te hacía la cruz; literalmente en este caso. Y la Virgen estaba enfurecida, eso no podía significar nada bueno. Era claro que esa gente merecía aprender una lección, y esa lección solo podía significar la muerte; pero antes se propuso una purificación masiva de sus almas. ¿La Virgen tenía tanto poder? Y bueno, no olvidemos también que quedó embarazada sin haber tenido relaciones carnales. O sea que es un personaje lleno de misterios y contradicciones. 
El subte comienza a tomar altura
     Cerró los ojos y juntó las manos. Empezó a balbucear unas palabras. El subte, que estaba detenido en ese momento, empezó a elevarse. La gente gritaba y corría de un lado a otro chocándose sin cesar. Ella ya estaba en otra frecuencia, una mística que la volvía inmune a todo. De hecho la enana, advirtiendo algo raro, se paró y quiso empujarla, pero rebotó violentamente contra un campo magnético invisible que como una gran burbuja, la protegía a ella y al joven de toda irrupción. 
Los vagones en plena avenida, flotando
La formación ascendiendo a la Gloria Eterna
El subte seguía subiendo y la Virgen, muy astuta, había trabado los vidrios y las puertas para que nadie se escapara. Todos debían pagar por el pecado de omisión, de egoísmo y de vanidad. Naturalmente, la formación llegó al techo y sus párpados se apretaron un poco más trasluciendo una fuerza imparable. El asfalto de la calle empezó a resquebrajarse hasta que un terrible bloque de hormigón cedió y cayó por el costado contra las vías. El subte quedó literalmente flotando en medio de la avenida. Mucha gente lloraba, otros se habían orinado del miedo, un loco gritaba que había llegado el día del juicio final. La tarea debía terminarse y el subte ascendió finalmente al cielo. Por treinta segundos los transeúntes pensaron que era un OVNI, pero estos parecen platos y esto parecía más bien un tenedor, así que lo descartaron por completo.
 Lo que pasó en el Paraíso no podemos saberlo porque escaparía a nuestro entendimiento. Lo que sí podemos decir, es que nunca más se supo qué pasó con esa gente. La Iglesia de los Dolores, ubicada en la avenida Díaz Vélez, fue la encargada de realizar una misa en honor a todos ellos y realiza cada año, en el día que sucedió el hecho, una caminata para recordar a cada uno de los que tuvieron la “suerte” de conocer a la virgen y ascendieron al cielo eterno en un subte de la línea A.
El funeral de los "santos de la línea A",
(como los llamaron irónicamente los Medios)

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